cometas, día de viento,...

Hoy sopla, me recuerda a mi casa. Se oye el paso del viento zarandeandolo todo. Las lomas llenas de árboles se arrodillan para alzarse de nuevo tras el paso del rey, su viento. Las olas en el mar rompen con fuerza, de lado, siguiendo la dirección que marcan las banderas de aviso. El viento es el caos. Arisca los ánimos y atolondra la cabeza. La falta de silencio es lo que más afecta. Silvido constante, desordenado, revuelto. Ojos apretados que miran a través de un enemigo invisible.
Hoy me fui a la playa pensando que estaría solo. Que nadie más que quizá alguno como yo, que quisiera hacer volar una cometa, estaría tragando arena. Así fue. Baile de cometas en el cielo. Por desgracia la mia no ha aprendido a volar todavía,... por ahora más bien parece que se dedica a hacer ganchillo, pues lo de los nudos se le da muy bien! En fin, tras pelear y practicar distintas técnicas,... por fin se levantó. Grande, esvelta. Que bonita sensación la de sentirse niño de nuevo, jugando a commpartir con el vinto su fuerza y su belleza. La armonía se produce cuando la cometa toma vida propia y hace su vuelo sin pedir permiso. Desgarrando el aire se quiere ir, cuanto más arriba mejor! Y tu estás ahí, para hacer que su baile sea más elegante, suave o picado cuando lo crees. Como si las puntas de tus dedos estuvieran a veinte metros de altura. Compartiendo la tensión, la fuerza del viento. Empuja, retrocedes, luchas y nunca ganas, solo te rindes ante el insaciable viento.
Hoy ha sido un día esplendido. He hecho volar mi cometa por primera vez. Ya nos vamos conociendo un poco más y creo que llegaremos a librar buenas batallas contra el viento!